Es la hora.
Entendiendo la complejidad de lo ocurrido el 6D decidí escribir
estas líneas, no sin antes tener innumerables conversaciones en casa, en el
trabajo, en la calle y en diferentes reuniones (unas mas coherentes que otras);
es decir, intentar no cegarme con mi propia visión del asunto y empaparme de
las diversas y enriquecedoras opiniones de diversas personas, plagadas claro
está de cada una de nuestras subjetividades, pero casi ninguna alejada de la
realidad actual y del análisis necesario en un momento trascendental como el
que vivimos en la Venezuela que despertó el 7 de diciembre.
Comenzando
me gustaría aclarar que no pretendo hacer leña del árbol caído, y mucho menos
convertirme en el gurú de la retrospección. Por tanto evitare desde el
principio caer en los penosos errores de quienes frente a la tribuna de la
molestia y el descontento señalan de manera despótica culpables, errores y
villanos. Fue una derrota electoral y yo soy parte de los culpables en lo
ocurrido, yo tengo cuota de responsabilidad en los errores, yo formo parte de
este proyecto y por ende soy artífice de las victorias y también protagonista
de las derrotas. Ya aclarando esto, comenzamos con algunas cosas de interés
para el debate y las propuestas.
He
visto con alegría, y también con cierta inquietud, los debates que al calor del
momento histórico se están dando en todo el país. La alegría evidentemente se
debe a que existe, en gran parte, entendimiento de lo sucedido, a que sin pasar
mucho tiempo estamos discutiendo lo ocurrido, y planteando el que debemos
hacer. Ahora la inquietud también me acompaña, ya que creo que no estamos
logrando canalizar el descontento popular de un sector importante, que
pareciera que el proceso de direccionalidad de esas molestias no se da de la
manera adecuada y puede esto ser mas peligroso para la vida de la Revolución
Bolivariana que lo ocurrido en las elecciones del domingo. Por ende planteamos
algunos puntos que buscan ser un aporte en el construir colectivo de lo que
necesitamos hacer frente a la nueva realidad política a la que nos enfrentamos.
Hace pocos días se dio la reunión de delegadas y delegados al Congreso
Extraordinario del PSUV, para dar pie a una jornada de reflexión y debate en
torno a lo acontecido en las elecciones parlamentarias, y al igual que la
ponencia de uno de sus integrantes, Jesús Pérez del Edo. Aragua, rescato dos
frases del discurso
pronunciado por el prócer cubano José Martí el 21 de junio de 1879: “Criticar es el ejercicio del criterio… Criticar es
amar…” y convencido del amor
que tengo por mi país, por mi revolución y por el pueblo al que pertenezco
necesario es decir y plantear algunas cosas. En esta misma reunión del PSUV
espere escuchar un tema fundamental y álgido para entender los resultados del
6D, al menos algo al respecto, y no fue así, como tampoco lo ha sido en las
numerosas jornadas de reflexión, ni tampoco en las alocuciones referidas al
proceso eleccionario, y si la economía es la que definió esta elección, no es
menos cierto que lo político ideológico jugo, y juega, un papel fundamental. Y
creo hemos sido un tanto irresponsables al no ponerlo en la escena publica, lo
político ideológico se nos escapa de las manos y no nos damos cuenta, para una
afirmación tan dura como esta basta solo un ejemplo, nos tomo casi 10 años
formar una escuela de cuadros.
Repolitización y formación ideológica.
Hemos convertido en los últimos
años a nuestro proceso bolivariano y chavista en una “cosa”, hemos caído en el
error de haber “cosificado” el socialismo. Con esto nos referimos a que, casi
todos, hemos incurrido en la equivocación de propagar la revolución como una
dadora de cosas, de bienes materiales e inmateriales, de servicios, de
conquistas del consumo accesibles a cualquiera. Y eso no es la revolución
bolivariana y chavista, el proceso que hoy vivimos no se puede centrar en la
entrega de una casa de la Gran Misión Vivienda Venezuela, no se traduce en un
vehículo de Venezuela Productiva, no es un cupo universitario -siendo el
segundo país en todo el planeta con mayor matricula en esta área-, no es la
tableta del estudiante que se gradúa, la Revolución es, y debe ser, mucho mas
que eso, es el proceso consciente de que el pueblo puede tener acceso a estos
bienes, a estos logros, a estas conquistas, pero no son los bienes, los logros
y las conquistas las que definen a la Revolución. Decía el Comandante Hugo Chávez
en el año 2009, durante el Alo Teórico número 6 y en el marco del lanzamiento
del Sistema de Formación Socialista Simón Rodríguez, lo siguiente: “Hay
otro libro maravilloso que conseguí cuando era muy joven. Me lo regaló José
Esteban Ruiz Guevara, El papel del individuo en la historia. Ese libro me abrió
los ojos. Ahí conseguí la clave: no importa que tú estés encadenado en unas
mazmorras, que te tengan en un sótano encadenado. Si tú estás consciente del
rol que estás jugando encadenado en una mazmorra, dentro de un proceso de
dimensiones mayores —pero ese es tu papel en ese momento—, entonces tú eres
libre.” Y sigue Chávez: “Lo que aquí se ha comenzado a hacer es
vital para la Revolución Bolivariana, para el partido, para la patria
bolivariana, es la formación socialista. No habría revolución si no nos
formamos, no solo los cuadros si no el partido como un todo, el pueblo como un
todo”. Con
esto no pretendo decir que no importa lo malo que ocurra y que igual debemos
seguir remando el barco sin advertir que está agujereado, no, ya que como Chávez
creo que la Revolución y el Socialismo debe ser humanamente gratificante. Pero
si es cierto que nos enfocamos en los últimos tiempos en dar cosas y no formar
consciencia en el pueblo, entregamos una vivienda (mas de 900.000 viviendas) y
poco esfuerzo hemos realizado para entregar entendimiento político de esa
vivienda, igual con el resto de los beneficios del Gobierno Bolivariano. Por
ende, tenemos mucha gente que cree, sin quererlo, que son derechos adquiridos y
que pase lo que pase en el panorama político todo seguirá igual en este plano,
y otro tanto siente estos logros como regalos del Estado, por eso los vende, o
cambia, o desecha, o trafica sin dolor alguno. Si todas estas conquistas de la
Revolución se entregaran acompañadas de un proceso de formación político ideológico
otra historia sería, quizás no tendríamos grupos de estudiantes trancando una
calle por no recibir una tableta a tiempo, sin entender que gracias a un
sistema distinto a los anteriores se le ha permitido tener acceso a educación
universitaria gratuita, a diferencia de lo que ocurría en la Venezuela de hace
tan solo 20 años y su inmensa población flotante como realidad exasperante de
entonces (este mismo ejemplo puede aplicarse a quienes trafican con los bienes
otorgados por el Gobierno). Y es allí donde desarrolla un papel vital para la
Revolución el proceso de repolitización de nuestra sociedad y mas aun de
formación ideológica, y aquí sin pruritos, sin miedos al que dirán. ¿Como
podemos pretender una sociedad distinta si el nuevo hombre y la nueva mujer están
siendo formados con los mismos sistemas que destruyeron el país hace 200 años,
o con los mismos modelos educativos de hace 50?. Con universidades publicas que
copian el modelo de las privadas, con profesores que asimilan y distribuyen los
procesos educativos tal como ocurría en el pasado, incluso con los mismos métodos
de hace varias décadas atrás. Graduamos todos los años miles de nuevos
profesionales, pero ¿conscientes de su papel en una Venezuela Socialista?, no.
Y no es esto culpa de esos nuevos profesionales, es culpa nuestra, que hemos
prestado muy poca atención a los procesos formativos en el campo político ideológico.
Aquí una primera propuesta: desde la
iniciativa popular, y sobre todo desde los jóvenes, con el articulo 204 de la
Constitución de la República Bolivariana de Venezuela en mano, vayamos a una
discusión profunda para una nueva Ley de Educación Universitaria.
Multipliquemos por todos lados las escuelas de formación política e ideológica,
y no con sistemas ortodoxos que atraigan a pocos, con ideas frescas que sean
atractivas para muchos, y convenzamos con la razón que tenemos, reconstruyamos
lo que significa este proceso de cambios que dio inicio formal en 1999 de la
mano de Hugo Chávez. Que la revolución y el socialismo dejen ser una cosa mas
que se recibe, y se convierta en una acción de vida, en una manera correcta de
hacer las tareas del país, en el sentimiento y la razón del devenir histórico
que nos toca afrontar. Volvamos a hacernos conscientes de lo que significa ser
Chavista y multipliquemos ese conocimiento.
En el método, vale recordar que ha sido
Hollywood una de las mas grandes maquinas de ideologización de la historia para
beneficio de los dueños del gran capital. Y hoy son las nuevas TIC’s el método
usado por esos mismos para el proceso ideologizador de la sociedad. Por ende
pasamos al segundo punto a tocar en este texto.
La Comunicación.
Y nuevamente toca hablar de comunicación,
siempre debemos hablar de comunicación y mas aún cuando hemos sido tan poco
asertivos en la materia. Es la comunicación una de las áreas donde hemos tenido
mas derrotas durante todos los años del proceso revolucionario, unas por
ingenuidad, otras por terquedad, y otras por no entender los nuevos tiempos.
Debemos empezar diciendo que en materia
comunicacional es muy poco lo que hemos avanzado, nos hemos quedado estancados
en modelos de finales del siglo pasado y con poca capacidad de llegar al pueblo
venezolano. Estamos totalmente alejados de las realidades objetivas que vive
nuestro país hoy. Porque fue la comunicación la que falló en lograr calar
en el imaginario colectivo la explicación, conceptualización y definición de la
guerra económica; no pasamos de la consigna y el panfleto, poco o casi nada
explicamos sobre que se trataba, como se desarrollaba, que significaba la
guerra económica. La economía en lo comunicacional no dejo de ser una frase mas
del discurso repetitivo de casi todos nosotros, y así poco podíamos esperar
influir en las grandes mayorías. No logramos convencer al trabajador
y la ama de casa de que existe una guerra económica que atenta contra sus
propios intereses y que gran parte de esa guerra que desestabiliza nuestros
bolsillos es impulsada por las fuerzas que resultaron victoriosas en la pasada
elección. Nada hicimos en lo comunicacional para hablar en términos políticos
de lo que significa la conquista de la Asamblea Nacional y en la modificación
trascendental del modelo de país que estamos construyendo, solo bastaba con
abrir nuestra Carta Magna y dirigirnos al articulo 187, puede que esto no
modificara el voto y la abstención castigo, producto de la situación critica de
nuestra economía, pero quizás si habría creado mas consciencia de lo importante
del Poder Legislativo y sus atribuciones en nuestro país.
Durante la campaña electoral cometimos
errores similares, esta vez en lo procedimental, errores que fueron
determinantes en el resultado final. Pretendimos hacer lo mismo que quizás con éxito
hacíamos hace 5 o 10 años, cuando los métodos de comunicación han avanzado con
la misma velocidad que la tecnología, y no se comprendió que la propaganda y
contrapropaganda en el momento histórico debía ir más allá del afiche, la cuña
o el panfleto a favor y en contra.
La derecha usa en nuestro
país, y en el mundo, diversas herramientas que por desconocimiento o exagerados
dogmas hemos desechado sin siquiera percatarnos de las potencialidades que
tenemos. Siempre he dicho que las herramientas están para ser usadas y darles
la dirección que deseamos, tal como el martillo, algunos lo usaran para
rompernos la cabeza, y nosotros podríamos usarlo para clavar un clavo en la
pared mediática internacional que se construye sobre nosotros. Una de esas
herramientas es el marketing, la derecha en Venezuela ha usado sus diversos
mecanismo para atacar a la Revolución Bolivariana o para despolitizar ciertos
procesos y grupos poblacionales tal sea el caso que les convenga, pero de este
lado hemos estigmatizado esta herramienta (al igual que otras) sin entender lo
que significa y lo que podríamos alcanzar con el uso correcto de la misma. Por
ejemplo, la segmentación de mercado
(o segmentación de usuarios para no incomodar con el termino), a que me refiero
con esto, que nuestra comunicación ve a todos por igual y plantea los mismos
mensajes con las mismas formas, y no todos somos iguales receptores. No todos
tenemos los mismos gustos, ni nos son atractivas las mismas maneras de recibir
los mensajes, por su parte la derecha si se ha "esforzado" (como lo
haría cualquier empresa privada) en dividir, segmentar y definir los públicos y
tener material para cada grupo social. Suelo usar como ejemplo de esto lo que
realizó hace algunos años la Cadena Capriles, el diario que lee el pueblo es Últimas
Noticias, pero con eso no lograban abarcar todos los públicos, y empezaron a
segmentar y definir. Para los jóvenes sacaron la publicación Urbe, y para los “desenfadados”
comenzaron a publicar Urbe Bikini, para los que les gusta el deporte ingresaron
al mercado con Líder, y para los más analíticos o consumidores de información
modificaron y crearon El Mundo Economía y Negocios. Con esta segmentación
lograban posicionar sus mensajes, empaquetados de diversas maneras y llegar a
sectores diversos de la población. Pues señoras y señores, la derecha hace lo
mismo, ¿y nosotros?, la respuesta a esta interrogante es un duro y real: NADA,
simplemente lo obviamos. Veámoslo en el SiBCI, el Sistema Bolivariano de
Comunicación e Información, que ya de por si tiene muy poco de sistema, y se ha
convertido mas bien en un archipiélago informativo, preguntémonos: ¿qué de
diferente existe en nuestros canales, emisoras y diarios bandera? Muy poco,
comunicamos casi de la misma manera desde todos los medios, entonces, frente a
esto, de poco sirven los distintos medios de los que dispone el SiBCI.
Pero no es el anterior el único error que
hemos cometido, creemos aun que comunicar es sinónimo de informar, y allí
caemos en otro garrafal traspié, nos conformamos con divulgar la gestión de
gobierno en algunas áreas, pero solo eso, divulgar, informar. Comunicación no
hacemos. Hemos creído que con el mero acto divulgativo estamos convenciendo y
no es así, los resultados son una evidencia de ello. Los procesos persuasivos
han sido dejados de lado, la comunicación basada en el nuevo sujeto social
(mencionado y explicado por Oscar Schemel) ha sido obviada y construimos
nuestra política comunicacional sin adentrarnos en la comunicación política,
solo en base a las opiniones de algunos periodistas, pero no de la mano de semiólogos,
analistas, antropólogos, publicistas, sociólogos y todos aquellos que entienden
la conducta del ser humano en sus diversas fases y capaces de construir una
comunicación simbólica poderosa, tal cual está impregnada en la población
venezolana. Nuestros medios tradicionales parecen no haber salido de los 80,
con mejores cámaras y monitores pero con las mismas maneras y los mimos modos
de hace tres o cuatro décadas. En la televisión nos hemos dedicado a hacer
radio en pantalla, hablamos mucho y mostramos poco, no entendiendo que la TV es
imagen, y recurriendo a aquella frase verídica: “una imagen vale mas que mil
palabras”. En la radio, en la gran mayoría de emisoras aun seguimos teniendo
definiciones en extremo ortodoxas del contenido musical, me confieso un amante
de la música de Ali Primera, y de la trova cubana, pero no podemos pensar que
es lo único que debe sonar en nuestras emisoras, es un absurdo seguir haciendo
eso, abarcamos con está actitud a un sector muy pequeño de la población, y la
gran mayoría cambia el dial rápidamente y no tiene interés de lo que allí se
dice porque la manera de transmitir ese mensaje no le es atractiva. Pero además
de esto, un problema evidente en ambos casos es la exagerada resistencia a la
critica y el reconocimiento de las fallas, quien critica o señala una falla
entra en una especie de estado de sospecha, es acusado de cualquier cosa y
alejado rápidamente de dichos espacios; la critica no debe generar alergia ni
suspicacia, por el contrario puede ayudar a drenar los descontentos y a
corregir a tiempo ciertas fallas. Con este panorama a la vista, me gustaría
poner dos ejemplos de nuevas formas de transmitir el mensaje, no necesariamente
estando de acuerdo con todos sus contenidos, pero evidentemente con éxito en el
proceso de abarcar mayor cantidad de usuarios en los últimos tiempos,
TeleAragua y la nueva Globovisión han logrado en un corto lapso lo que nuestro
sistema de medios nacionales no ha concretado en años.
Necesariamente debemos enfocarnos también
en otro punto muerto para la comunicación revolucionaria, y este es la Web y la
Web 2.0, tan solo haciendo un pequeño recorrido por los portales oficiales
evidenciamos que se comete el mismo error que hemos mencionado líneas atrás,
todos comunican de la misma manera, es increíble el despilfarro de paginas Web
que replican exactamente lo mismo, de la misma manera, sin ninguna alteración
significativa, no sirve de nada tener tantos portales que no aportan nada al
proceso comunicativo de la revolución. Si esto ya es malo, en el 2.0 es peor,
nos enfrascamos todos los días en una batalla tediosa por ubicar un etiqueta en
una sola red social, Twitter, sin darnos cuentas que no funciona para nada esta
labor a veces molesta. Una etiqueta posicionada todo el día en primer lugar en
Twitter no aporta nada significativo en la comunicación 2.0 ya que no contiene
casi ningún mensaje o contenido importante, es un frase elaborada que se ubica
en lo alto del ranking pero no impacta en lo mas mínimo en quienes hacemos uso
de la red social, y menos impacto tiene en los que no nos acompañan en nuestro
proceso político. Hemos privilegiado en lo comunicacional el Twitter por encima
del Facebook, sin quizás ver las cifras que evidencian que no es Twitter la red
social con mas seguidores en nuestro país. Pero la comunicación 2.0 aún va mas
allá de una que otra red social, es mas el desarrollo que se le debe dar, mucho
mas. Teniendo un Viceministerio de Redes Sociales es realmente inaudito que
tengamos tan poco impacto en estos espacios. Y quisiera hacer referencia a tan
solo uno de los elementos de peso que la oposición venezolana tiene en el 2.0,
un YouTuber afecto a la oposición logra cada semana ubicar un capitulo de carácter
satírico en mas de 200.000 reproducciones, es decir cada programa de tan solo
15 minutos donde se hace mofa de los representes de nuestro gobierno y algunas
de sus actuaciones es visto semanalmente mas de 200.000 veces, ¿y frente a esto
que tenemos nosotros? Nada de nada, o si, hemos repetido los mismos errores de
los medios tradicionales en la Web 2.0. Y ojo, el conductor de este canal de
YouTube es tan solo una tuerca de un gran engranaje comunicacional por parte de
la oposición, y allí nos están ganando ampliamente la batalla hace rato.
Y después de esto va la segunda propuesta,
si el presidente Nicolás Maduro ha decidido, de manera acertada, convocar a un
congreso en lo económico, no es menos urgente un planteamiento similar en
materia de comunicación, pero no repitiendo los ensayos poco exitosos del
pasado donde se le da la tarea nuevamente a un grupo de periodistas de definir
la política comunicacional del Estado, no. Hace falta un análisis profundo y
detallado de la comunicación de la revolución, y esto tal como lo mencionamos
antes, con equipos multidisciplinarlos de semiólogos, periodistas, publicistas,
sociólogos, especialistas en marketing político, antropólogos, comunicadores y
mas, para construir una nueva manera de comunicar que aproveche todos los
recursos que tenemos y que vaya con los tiempos que vivimos, que edifique una
gran construcción simbólica, que le acerque el mensaje y convenza, seduzca, que
persuada al nuevo sujeto social de la Venezuela de hoy. Que no tenga alergia ni
temor a la critica desde sus propios espacios y que entienda las nuevas formas
y maneras de transmitir el mensaje, desde lo tradicional y lo alternativo, de
la mano de las nuevas tecnologías de la información y comunicación.
Es necesario recordar y
entender que tenemos un bono generacional de jóvenes importantísimo. Que son
ellos, los jóvenes, los que decidirán los rumbos políticos y sociales de la
nación. Tan solo días antes del 6D, conversábamos en entrevista especial con
Oscar Schemel (presidente de Hinterlaces) y ante el planteamiento del tema
juvenil realizado por mi compañera Jacqueline Montes, Schemel no titubeaba en
contestar: “serán los jóvenes de hoy quienes elijan al próximo
presidente de Venezuela” frente a esta verdad evidente, la comunicación no
puede estar alejada de esa realidad si queremos seguir siendo la fuerza política
mayoritaria en el país, para la construcción de una Venezuela mejor y
socialista.
Pueblo Legislador.
Aunque es una herramienta plasmada en
nuestra Constitución en el articulo 204, ha sido poco el uso que le hemos dado
desde el Poder Popular. Pues es la hora en que desde las organizaciones
populares activemos de manera contundente esta importante manera de legislar.
Dice nuestra CRBV en su
articulo 204 que: La iniciativa de las leyes corresponde:
Numeral 7: A los
electores y las electoras en un número no menor del cero como uno por ciento de
los inscritos e inscritas en el registro civil y electoral. Esto significa que con
tan solo veinte mil firmas podemos activar dicho mecanismo, y empezar a
discutir leyes que blinden al pueblo en sus conquistas. A su vez es una manera
eficiente de iniciar los procesos de repolitización e ideologización de nuestras
bases populares, y de mantenernos movilizados como sociedad en nuestras luchas
históricas. En campaña permanente.
Indica nuestra Constitución
en el articulo siguiente, el 205: La discusión
de los proyectos de ley presentados por los electores y electoras conforme a lo
dispuesto en el artículo anterior, se iniciará a más tardar en el período de
sesiones ordinarias siguiente al que se haya presentado. Si el debate no se
inicia dentro de dicho lapso, el proyecto se someterá a referendo aprobatorio
de conformidad con la ley. Es
decir la Asamblea Nacional está en la obligación de discutir las propuestas que
del pueblo emanen, y de no ser así están serán sometidas a referendos
aprobatorios. No puede el Poder Legislativo hacerse de la vista gorda frente a
lo que se discuta y presente desde las comunidades y grupos sociales.
Jóvenes y estudiantes en discusión de una
nueva Ley de Educación Universitaria, es tan solo un ejemplo de lo mucho que se
puede hacer. Profesionales, técnicos y obreros en discusión de proyectos de ley
frente a compleja situación económica que nos llama a todos a involucrarnos en
la solución de los problemas que vive el país. Es la herramienta del Pueblo
Legislador el mecanismo mas idóneo para legislar desde los saberes e intereses
populares ante la evidente confrontación que pondrá en la mesa la oposición
mayoritaria en la Asamblea Nacional, ya que es también el pueblo organizado
parte del Poder Legislativo.
Lo económico
Y es aquí el ultimo punto a tocar, aunque
no pretendo hacer una disección exhaustiva del problema ya que son muchos los
elementos que no manejo en torno a la economía, sería irrespetuoso y poco serio
de mi parte usurpar los conocimientos de quienes han estudiado la materia a
profundidad. Por ende me limitare a evidenciar tan solo un punto y plantear una
propuesta en correspondencia a este.
Todo proceso de cambios
económicos en un país va de la mano de su gente, de sus cuadros políticos y técnicos,
pero son los cuadros técnicos los mas infravalorados en nuestra revolución. Se
les ha tratado con cierto desden a la hora de asumir tareas importantes en el
desarrollo productivo de la nación. Con esto no pretendo disminuir el papel de
lo político, pero si tratar de elevar la importancia de lo técnico. Por
ejemplo, en un proceso de industrialización no podemos aspirar que solo desde
lo político se piense en las maneras de hacer girar las ruedas, ya que es un
conocimiento aprendido y estudiado desde lo técnico, que evidentemente debe
estar acompañado de lo político, pero no sobreponerse uno por encima del otro.
Ejemplo: creemos que al recatar una empresa o inaugurar una fabrica será el
cuadro político quien la echara a andar por su basto manejo del concepto de
construcción socialista y dejamos de lado al cuadro técnico que maneja en su totalidad
la experiencia en el que hacer, en el método correcto y el know how
(conocimiento fundamental) de
los procesos. Un politólogo o un filosofo, con todo el respeto que merecen
estas dos áreas de estudio, jamás tendrá los mismos resultados que un ingeniero
industrial para hacer andar una emprendimiento productivo, quizás el cuadro político
puede acompañar los procesos dentro de una junta directiva, pero no en la
gerencia y el manejo eficiente de una industria.
Parta entender esto de
mejor manera, me gustaría referirme a un articulo publicado por Jacqueline
Montes en el año 2013, que lleva por titulo Ingenieros
para el Pueblo, en el se cita al comienzo
a Ernesto Guevara en “El cuadro, columna vertebral de la Revolución” de
septiembre de 1962 y dice: “Cuando se
hizo patente que en Cuba una nueva clase social tomaba definitivamente el
mando, se vieron también las grandes limitaciones que tendría en el ejercicio
del poder estatal a causa de las condiciones en que encontráramos el Estado,
sin cuadros para desarrollar el cúmulo enorme de tareas que debían cumplirse en
el aparato estatal, en la organización política y en todo el frente económico…”.
“Pero, con el aceleramiento del proceso, ocurrido a partir de la nacionalización
de las empresas norteamericanas y, posteriormente, de las grandes empresas
cubanas, se produce una verdadera hambre de técnicos administrativos. Se siente
por otro lado, una necesidad angustiosa de técnicos en la producción, debido al
éxodo de muchos de ellos, atraídos por mejores posiciones ofrecidas por las
compañías imperialistas en otras partes de América o en los mismos Estados
Unidos, y el aparato político debe someterse a un intenso esfuerzo, en medio de
las tareas de estructuración, para dar atención ideológica a una masa que entra
en contacto con la revolución, plena de ansias de aprender”.
Mas adelante, opina y
escribe Jacqueline Montes lo siguiente: “En estos
momentos invocamos a cada rato la necesidad de alcanzar la EFICIENCIA, y ¿qué
hace eficiente a una organización que no tenga que ver con la planificación, la
calidad, la mejora continua, el manejo de indicadores, el seguimiento, el
control de gestión, etc?. La eficiencia que demanda nuestro país es una
eficiencia real y no de discurso, y eso pasa por entender los procesos del
sistema y transformarlos. Los ingenieros están destinados por su formación a
trasmutar para mejor todo lugar donde lleguen, ya por eso deberían ser
considerados necesarios en cualquier revolución. Una revolución productiva
sin ingenieros, es como una revolución social sin pueblo, y al final ingenieros
y pueblo son una misma cosa.”
Y afina Montes con una
acertada directriz su articulo: “Necesitamos ingenieros con una sólida formación técnica
y científica (cosa en que nuestras universidades tienen mérito), pero con espíritu
crítico y con conciencia de clase: es ahí donde como Revolución seguimos
teniendo una deuda. Sostenía el Ché <es necesario trabajar con los
profesionales, impulsando a los jóvenes a seguir alguna de las carreras técnicas
más importantes, para tentar de darle a la ciencia el tono de entusiasmo ideológico
que garantice un desarrollo acelerado>”. Para ver el articulo completo puede dirigirse al siguiente enlace: http://www.aporrea.org/actualidad/a175974.html
¿Y que concluimos con esto?, que la
revolución necesita de manera imperiosa apoyarse en lo técnicamente eficiente
para ser eficazmente productiva, si seguimos replicando lo que hasta ahora
hemos realizado poco será lo que podemos esperar en esa vital tarea de ser una
Revolución Socialista verdaderamente productiva.
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Con estos cuatro puntos necesarios para el
debate finalizo, por ahora, estas líneas con la intención de ser aporte en el
nuevo proceso que vivimos. Para alzar la mano en esa intensa y necesaria
discusión popular desatada y evidenciada después del 6D. Tal como mencione al
principio, soy, como todos, responsable de lo ocurrido y por ende pretendo ser
también responsable de lo que vendrá, siempre con el animo optimista de
construir un mejor país en el que he sembrado los sueños con mi familia, y del
que quisiera seguir siendo protagonista de sus cambios al calor de la Revolución
Socialista, Bolivariana y Chavista.
Hoy mas que nunca, frente a la interrogante ¿Y ahora?, pues es la hora, es el momento y aquí estamos para asumir los grandes retos de la patria.